Ayer Nena Daconte sorprendía al Stan Twitter con la historia sobre la separación del dúo original. La historia de cómo Kim Fanlo robó un Premio Ondas y quiso llevarse los méritos que realmente debía haberse llevado Mai. La historia del músico y la cara de idiota. Con el giro argumental que pegó su última historia en Instagram, Kim Fanlo ha pasado a ser el malo de la película, papel que tuvo ella en los años posteriores a la división, y especialmente durante la promo de ‘Una Mosca En El Cristal’, el que fuera su primer disco en solitario.
Nena Daconte ha colgado un extra a su historia de ayer con unas cuantas viñetas más que explican qué ocurrió después de separarse, especialmente con el tema del nombre. Igual que hicimos el pasado día, interpretemos cada dibujo viñeta a viñeta:
01 | Es un texto, léelo. Si no sabes leer, pídele a un lector de texto que lo haga por ti, Mario Vaquerizo.
02 | La discográfica negocia la salida de Kim y el mantener Mai el nombre de Nena Daconte. Llegan a ofrecerle cifras escandalosas prácticamente por tocarse los cataplines, llegando a cobrar él más que ella, por el mero hecho de que ella mantuviera su marca. Una ridiculez. Él no aceptó ni con semejantes ofertas.
03 | Fueron a juicio. El concepto de justicia de Mai Meneses es una mujer ciega de potentes senos. El concepto es Coraluna con dos balanzas.
04 | Sale el nuevo disco de Nena Daconte y Kim Fanlo arranca su campaña de desprestigio diciendo que él no sabía nada, que a él no le preguntes sólo es una chica jijijí, jijijí. Fanlo se convierte en la Stacy Malibú que viene no con un gorro nuevo, sino con el escudo protector del patriarcado y el cliché facilón de «hombre = músico de prestigio manipulado por arpía sin prestigio».
05 | Volved a leer. Mario, tú vuelve a introducir el texto en la web lectora. Olvido, hazlo tú que ya sabemos que con todo este texto él no ha llegado a este punto.
Además de la historias en Instagram, la cantante ha compartido una imagen de ella tocando la guitarra en la que aclara el porqué de su decisión de compartir esto ahora:
«Siempre me sentí culpable por no haber sabido manejar las emociones que acabaron desembocando en aquella separación. Demasiado ego, demasiada inseguridad. Me sentí recriminada desde fuera por no ser suficientemente madura emocionalmente. Y me lo hicieron pagar.
(…)
No trataba de dar lástima con las viñetas, de verdad. Solo quiero avanzar dejando las cosas ordenadas por ahí atrás. Desenredar ese nudo de lo que no se había dicho… Ahora ya sé que o estás en mi equipo, o no, o no te importa en absoluto, o ni siquiera me conoces, como diría Banksy. Y yo, por lo menos, ya te veré venir. Pero con el corazón abierto de par en par, por supuesto, eso intacto hasta el final. Siempre dispuesta al vaivén.Y las emociones hay que airearlas, nada de esconderlas o reprimirlas, que si no “te va a doler toda la vida”.»
