Pasemos al análisis de la tercera de las galas de año:

 

Los resultados


 

Finalistas


 

‘Bigger Than The Universe’, Anders Bagge

Sorpresas te da la vida y más aún te las da el Melfest: Anders Bagge fue el más votado de la noche con una canción que, sinceramente, es más una propuesta desganada del Reino Unido en un año cualquiera que una a la altura de las suecas habituales. Jugó en favor del artista que cantó con enorme gusto, con una voz clarísima, tremendamente potente y muy afinada. Pero todo lo demás era de un hortera increíble: los fondos de tipo planetario ecologista, la producción, las miradas a cámara de él como si fuera la primera vez que lo enfocan… no entendimos mucho este pase directo.

‘Freedom’, Faith Kakembo

Faith Kakembo se presenta este año con una propuesta continuista respecto al pasado año. ‘Freedom’ es un buen tema pop que deja el peso de todo lo vocal en ella durante la primera mitad, acompañada de aesthetics precisos y mucho contraste de color. El problema es que anoche, en una actuación tan desnuda, la voz de ella no fue espectacular, lo que le restó algo de efecto a su presentación. De hecho, la propuesta mejoró notablemente desde el momento en el que aparecen todos los coristas en el escenario para acompañarla con la voz y movimientos que también suman a la canción. La segunda mitad de ‘Freedom’ fue, con seguridad, lo que acabó llevándola a la final anoche.

 

 

Segunda Oportunidad · Semifinal 5


 

‘Best To Come’, Lisa Miskovsky

Lisa fue, posiblemente, la causante de la debacle de Lancelot en la noche de ayer: la propuesta era muy similar a la de él, un medio tiempo con estribillo luminoso, rodeada de luces tenues y una banda, pero ella contaba con varias armas mejores que las del muchacho: la primera, una canción que, con esas influencias a las cantautoras de los noventa, resultaba más fácil de recordar; la segunda, el staging, que a pesar de su sencillez contaba con suficientes cambios en la actuación como para mantener al espectador pendiente de lo que ocurría a su alrededor, sin restar el foco al propio tema. No sabemos si era para clasificarla como la tercera de la noche, pero ‘Best To Come’ sí mereció el pase.

 

‘I Can’t Get Enough’, Cazzi Opeia

Dosis de pop-dance refrescante en la propuesta de Cazzi Opeia que tendrá una segunda oportunidad en la quinta semi. Fue un chute de buen rollo y alegría, combinado además con el staging híper colorista y bien cursi que propuso. Quizá fue un tanto excesivo por momentos, pero si la intención era la de atrapar al público juvenil esa noche, objetivo cumplido porque logró el pase. Los visuales y bailarines acompañaron a una Cazzi Opeia que, eso sí, por momentos daba vibes de tu tía Conchi, de Navalcarnedo, en el baile de la boda de unos primos.

 

Out


 

‘Fyrfaldigt Hurra!’, Linda Bengtzing

Linda tampoco consiguió el pase a la final con el gran schlager de lo que llevamos de edición. Quizá también porque se pasó de espitosa en el escenario: la canción era muy fresquita, muy sueca, muy entretenida, pero ella estaba no al cien, sino al cientoveinte. Corriendo para acá, corriendo para allá, abrazando a una señora del público, las bailarinas dándolo todo, tumbada en el suelo, de pie… sólo le faltó meterse de una zambullida en una piscina con tiburones y acabar el número a lomos de uno. Se pasó un poco de energía, aunque fue de agradecer que trajera consigo una canción tan positiva y colorista.

 

‘Lyckligt Slut’, Lancelot

Antes de nada, aclaremos que el título, traducido, significa ‘final feliz’, no sea que alguien angloparlante tenga la sensación de que la canción es malsonante. Nos ha pasado al echarle el primer vistazo al título. Liberados pues de la presión de la posibilidad de lo soez, nos encontramos con una baladita de Lancelot mona, bien ejecutada en el directo, pero falta de ganchos visuales. Es decir, el pobre apareció en escena con su banda y sus luces tenues y esa performance la hemos visto replicada cien mil veces en un escenario. La canción tiene un puntito ABBA en los estribillos, podría haberse exprimido más con otro concepto, pero al final pasó inadvertida en la semifinal.

 

‘Shut Me Up’, Tribe Friday

La verdad es que no imaginábamos que la propuesta de Tribe Friday no sólo se quedaría fuera sino que además, acabaría siendo la menos votada de la noche. El grupo recuperaba el pop-punk -que en realidad lleva en amago de resugimiento un par de años- para marcarse un tema luminoso, divertido, accesible y con un estribillo con gancho. Un poco como de anuncio de refresco a finales de los 90, la clásica canción que todo el mundo hubiera acabado tarareando porque la pondrían en raciones de 20 segundos en cada pausa de la tele. La performance estuvo bien, con una estética acorde pero que no convenció al público sueco.

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