Pasemos al análisis de la primera de las galas de año:

 

Los resultados


 

Finalistas


 

‘Hold Me Closer’, Cornelia Jakobs

Cornelia ha pasado directamente a la final como la más votada de la gala, probablemente porque llevaba la propuesta menos hortera de la noche. Se ha presentado con una balada de corte algo Sia, presentada con una actuación más bien Miley. Como de rockerilla que pasa de todo pero en el fondo está clavando su performance falsamente despreocupada. Ha sido la que más sensación de «directo» ha transmitido esta noche y es probable que eso también la haya ayudado a convencer al mayor número de gente.

La puesta en escena, muy sobria, se ha basado en su tirón con la cámara y un acompañamiento sobrio de un círculo verde tras ella que luego ha cambiado a blanco. Poca historia más.

‘Innocent Love’, Robin Bengtsson

El Xeinn de esta noche: Robin se quiere, Robin se ama, Robin mira al piloto de la cámara, ve su propia cara y tiene un orgasmo. Lástima que semejante estado de autobombo no tenga reflejo en una propuesta que, sí, ha convencido al público pero no sabemos exactamente por qué. Un poco previsible en lo ochentero, en el sentido de que bebía de The Weeknd, con sus tintes retro pero no especialmente pegadizos -de hecho es más pegadiza la del español que la suya-. Mona, correcta, pero sin mucha más historia que el tirón que él pueda tener por nombre y por cara.

 

 

Segunda Oportunidad · Semifinal 5


 

‘Hallabaloo’, Danne Stråhed

Diablo ma, quítenle los celulares a la gente que tenga ya un pie en la tumba. Hay cuadernos de autodefinidos con los que pueden entrenar mejor sus mentes y no andan poniéndole la zancadilla a candidaturas a ganar el Melodifestivalen. Danne se ha presentado en el escenario con su número de feria de pueblo, como si fuera La Pegatina pero cargado de antidepresivos. Con una camisa estampada por la de todos los que estaban allí presentes de público, el hombre ha querido animar el cotarro con algo que era más animado en la teoría que en la práctica.

 

‘Som Du Vill’, Theoz

Lo más entretenido de la noche, con permiso de la fallida performance de Omar, ha sido este revival de finales de los noventa a cargo de Theoz. El muchacho ha sacado su mejor Aaron Carter a pasear, rodeado de bailarines que le seguían el juego entre pantallas de color y sombras chinescas. Ha tenido un directo solvente en este número veraniego, fresquito y divertido. Luego se ha buscado otro as en la manga jugando con las pantallas en el suelo, pero el plano cenital le ha quedado un tanto LeKlein de más y le ha sacado bien poco el partido el pobre.

 

 

Out


 

‘Moving Like That’, Omar Rudberg

El primer eurodrama del actual Melodifestivalen ha llegado con la eliminación de Omar, uno de los aparentes favoritos de la primera semifinal. Bien es cierto que traía otra propuesta fresquita, pero el público no ha pasado por alto lo bastante desfasado de su espíritu tropical y sobre todo, el hecho de que se ha marcado un Marta Sango agotando todas sus cartas en los primeros veinte segundos. Omar tenía coreografía, tenía brilli brilli, tenía tonos rosas, pero lo hemos visto todo y luego ha quedado un tanto one-note en la segunda mitad. Ha incluido versos en español porque es de origen venezolano, pero el público barcelonés al que han enfocado entre el público no ha podido hacer nada para salvar su espitoso culo.

 

‘Let There Be Angels’, Shirley Clamp

Tampoco ha pasado el corte la balada hortera de la primera gala: Shirley iba en busca de un número timeless, pero al final Cornelia se ha quedado con ese puesto y lo suyo ha terminado pareciendo excesivamente eurovisivo. Teníamos el momento de ventiladores y gasas, el punto de look Adele, la melodía multitarget que lo mismo te sirve para un Celine Dion 1993 que para un Demi Lovato 2017… Ha intentado modernizar la actuación con un juego de siluetas en la segunda final que, creemos, ha terminado confundiendo más al público porque no pintaba nada en una puesta en escena tan previsible. Eso sí, ha estado muy bien cantado, teniendo un puntito Cher que nos ha gustado bastante.

 

‘Bananas’, Malou Prytz

Imaginamos que en la mente de Malou, su performance había quedado muy Lily Allen pero en la época actual. La realidad es que ha sido un número confuso de la Natalia de ‘Rebelde En Libertad’ como si estuviera perdida en un decorado del ‘TPH Club’. Una cosa loca con mucho colorín, que alegraba más visualmente que lo que es a nivel sonoro: Malou, la pobre, resultaba un poco sosaina para lo loca que decía estar volviéndose en la canción. Un poco como si a la Miley Cyrus de 2012 la hubieran llegado los Teletubbies. También un poco el meme de «she’s so crazy I love her».

 

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