La final de la Super Bowl es en realidad un apasionante partido entre dos equipos, pero la verdad, para nosotros ese suele ser el intermedio del evento central: el propio intermedio. Y sí, este año nos toca una oleada de críticas a través de Twitter y comentarios sobre lo aburrido que ha sido, porque ya sabemos qué es lo que ocurre cuando no hay un exceso de brilli brilli, colorinchi y divas. Pero lo cierto es que ha sido un intermedio bastante estupendo que tenía como objetivo rendir homenaje a la cultura del hip-hop del último par de décadas.

Si tuviera que sacarle un pero a sus nombres, diría que no costaba nada quitar del medio a 50 Cent -francamente, ¿cuál es su aportación real a tiempo pasado?- e incluir a una Missy, una Queen Latifah o una Lil Kim, por dar algunos nombres. Porque Mary J Blige se ha quedado un poco sola en ese campo de nabos. Eso sí, se ha sabido dotar de espectáculo suficiente al setlist de todos ellos.

Con Dr. Dre ejerciendo de maestro de ceremonias y narrador de todo el intermedio, las actuaciones han tenido lugar en diferentes casas del barrio residencial que han creado en el campo de juego, utilizando la estética clásica de sus backgrounds. Los cubículos, además, ayudaban con otro handicap de este año: el hecho de que la performance ocurriera de día, que limita siempre -y mucho- el tema de los juegos de luces.

Abría Dr. Dre desde un estudio que parecía estar abriéndose al estadio en 3D, pero que realmente lo hacía en directo, dando paso a la actuación de Snoop Dogg, con el que ha interpretado ‘The Next Episode’ y ‘California Love’. El primero, un hit popularizado en los últimos años a golpe de meme y el segundo, homenaje a Tupac. Después aparecería brevemente 50 Cent, con lo más casposo de la noche al recrear ‘In Da Club’ rodeado de muchachas adorándolo -señor, por favor- para dar paso a Mary J Blige, que se marcaría ‘Family Affair’ y ‘No More Drama’ antes de tirarse al suelo en el tejado de su casa.

Turno de Kendrick Lamar, que presentó ‘MAAD City’ y ‘Alright’ -curiosamente pensamos que tiraría de ‘Humble’-, antes de poder ver a Eminem levantando al público con ‘Lose Yourself’ En la banda, por cierto, se pudo ver a Anderson .Paak tocando la batería. El número final llegó con todos ellos unidos interpretando ‘Still Dre‘, con Kendrick Lamar saludando a 50 Cent en el tejado como si llevara años sin verlo.

Una Super Bowl diferente a los shows de los últimos años, pero también claramente superior a muchos de ellos. Se cuidó la narrativa, el show, la estética y desde luego, hubo hits para dar y tomar. Otra cosa es que los hits no tengan el appeal internacional de otros años.

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