«Un funeral para mi música pop», dice Demi Lovato en una de sus últimas publicaciones en Instagram. Cariño, llámanos exagerados, pero diríamos que el funeral llega cuando ese cadáver esta bastante descompuesto ya: esa música pop tuya de la que hablas lleva muerta bastantes meses y fue el público quien decidió acabar con ella. El público era Norman Bates y ‘Dancing With The Devil… The Art Of Starting Over‘ estaba tranquilamente dándose una ducha cuando se vio asediado. Y por lo que parece, nadie reclamó el cuerpo hasta hace tres días, cuando Demi se dio cuenta de que le faltaba algo. Y ea, llegó el funeral. Más vale tarde.
Ahora Demi es emo. Se ha tatuado una araña en la cabeza, se ha rapado el pelo y lleva camisetas de bandas que nunca escuchó y de comics de los años 60. Y por supuesto, suena a la Demi Lovato de ‘Camp Rock’, pero con más rock y menos camp. Aunque hablamos de une señore que nos explicó hace unos meses cómo dirigirnos con educación a los alienígenas para no ofenderlos, el camp realmente sigue bastante presente en Lovato.
Se prevé que su nuevo material llegue en semanas e imaginamos que en su cabeza este regreso al pop-punk suena fresquísimo, aunque herede la moda de literalmente media industria femenina en el momento: ya lo ha hecho Billie Eilish, ha vuelto Avril Lavigne, Olivia Rodrigo y ahora Gayle también está con eso. Este giro argumental nos recuerda un poco a cuando Madonna colaboró con Timbaland en ‘Hard Candy’. Señore, está usted consultando el horario de trenes de ayer; el tren que usted busca ya ha pasado hace un rato.
En cualquier caso, todo lo que no sea Demi hablándonos por trigesimocuarta vez de sus adicciones nos parecerá correcto. No porque el tema sea repetitivo, que también, sino porque nos da miedo que en el siguiente vídeo se ahorque en directo o algo para rascar cuatro titulares extra.
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