Crítica

‘Younger Now’ | El disco en el que Miley Cyrus se tomó demasiado en serio

‘Younger Now’ | El disco en el que Miley Cyrus se tomó demasiado en serio

Miley Cyrus se ha convertido en el icono de la reinvención de la última generación de popstars. Cada álbum de la artista desde ‘Can’t Be Tamed’ ha pasado por un estilo diferente, desde el pop, al R&B, al rock electrónico pseudo independiente hasta el country pop de este último trabajo, ‘Younger Now’. Y en todas sus etapas ha habido un denominador común: la Miley Cyrus que sabía reírse un poco del personaje, la que se pasaba de extravagante sin complejos, la que rompía incluso consigo mismo durante el proceso.

Hasta hoy; ahora, en ‘Younger Now’, Miley Cyrus parece más centrada, más consciente de sí misma, más musical, menos personaje… aunque en esta reinvención, la magia parece haberse desvanecido en parte: también ha terminado resultando más aburrida. Antes de indagar más en el álbum, quedémonos con nuestros tres temas favoritos:

 

Malibu

Entendemos ahora que su sello eligiera este corte como el primer single del disco, es, sin duda, la canción con más gancho comercial de todo el trabajo. ‘Malibu’ rompe esquemas porque ni su ritmo ni su construcción siguen las marcas establecidas por los habituales hits de radio, pero tiene un estribillo pegadizo, desemboca en un ritmo palmeable, eficaz, y sobre todo, cumple su máxima de difundir el buen rollo. Los aires californianos se notan, se viven, y Miley se transforma en alguien capaz de convencerte de que su nueva era la patrocina el amor y los ritmos naturales. No necesita nada más, aunque parezca mentira habiéndola visto. Lamentablemente, no ha sabido trasladar el mensaje mucho más allá de este corte.

 

Rainbowland

Lo curioso de ‘Younger Now’, como disco, es que hacía años que suponíamos que Miley terminaría girando hacia sonidos más americanos, hacia toques más folkie, pero pensamos que lo haría medio en broma, medio en serio, sin coger del todo las riendas, y sobre todo, dejando el mismo sabor de boca que dejó aquel ‘Don’t Dream It’s Over’ junto a Ariana Grande; esa sensación acústica, fresca y juvenil, que falta en todo el proyecto cuando uno termina de escucharlo. Manda narices que esa esencia la haya encontrado en su dueto con la septuagenaria Dolly Parton, que arranca un corte de ritmos tejanos con un speech magnífico: «voy a grabar esto en una cinta, canto con ella y luego te lo envío en CD… oh, soy tan tecnológica… tengo incluso un móvil con tapa», dice al arranque riéndose como nadie de sí misma. Juntas firman el country más divertido del disco.

 

Bad Mood

La segunda mitad de ‘Younger Now’ es francamente difícil de digerir: la intensidad de Miley alcanza una cota notablemente alta y de entre todos esos números, sólo este, ‘Bad Mood’, consigue despuntar un poco más, con unos beats súper marcados en bucle desde el inicio de la canción, que permiten que la canción sea más memorable que todas las que la acompañan. Miley tira de coros oscuros y un estribillo diluido por ellos, pero firma una canción tarareable, que ya es más de lo que puede pedírsele al disco por norma general.

 

‘Younger Now’ es un disco de pop, y ahí es donde básicamente radica el conflicto: quiere vestirse de country, de homenaje a la música americana, y sí, tiene toques folk, toques rancheros, pero en el fondo, no deja de ser un álbum pop. Por eso canciones como ‘Inspired’ hubiera agradecido menos disfraz y más honestidad en sus arreglos, por mucho que estén inspirados por la relación paterno-filial de Miley y Billy Ray; por eso el single, ‘Younger Now’, tampoco encaja -su estribillo arrastrado es el paradigma del aburrimiento que persigue al disco-; por eso cuando Miley se despega más del concepto, como en ‘Thinkin», uno se queda con la impresión de que era una cosa o la otra, pero que ese corte, ahí, como un pegote, pega más bien poco.

En consecuencia, la única que ve más joven a Miley en este disco parece ser ella misma, porque el resto, claro está con las primeras cifras comerciales del proyecto, vemos el álbum con el que Shania Twain podía haber vuelto sin despeinarse. A sus 52 años. Y es curioso, porque bebiendo del country, hay algún corte de su álbum que suena más fresco que, por ejemplo, ‘She’s Not Him’.

Miley, si esta va ser la transformación definitiva, te necesitamos younger. Now.

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