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VV Brown abandona la música: un puñado de hits para recordarla

VV Brown abandona la música: un puñado de hits para recordarla

VV Brown ha tomado la decisión de abandonar la música. Algo que, por lo que fuera, todavía se nos hace extraño, aunque veamos de determinados artistas arrastrarse por una carrera que fue y que jamás volverá a ser. En España especialmente, donde tenemos unos cuantos ejemplos de trying-so-hards (Mario Jefferson, como primer ejemplo que nos venga a la cabeza). Y es que la música puede ser un sueño, sí, pero hay que saber aceptar cuando la maquina no tira más, y conocer nuestras limitaciones.

Es imposible seguir tratando de vivir de ella cuando el público te ha abandonado. Cuando ya no hay más zumo que exprimir. Y es raro, pero tenemos el ejemplo de VV Brown para ver cómo puede uno tirar la toalla dignamente y dejar un buen trabajo a sus espaldas. Para su despedida, la artista ha tomado sus redes sociales y publicado un extenso comunicado, que os resumimos a continuación:

«(…)Me contrataron a los 18 en Universal y me trasladé a Los Angeles. Grabé un disco, compré una casa, vivi como una estrella del rock, fui mal aconsejada y terminé perdiéndolo todo. (…) Toqué en cada club que me dejó tocar y los 24 volví a ser contratada por una discográfica. Hice otro álbum, vendí unos cuantos discos, (…) pagué mis deudas y empecé a hacer dinero de nuevo. (…)

Música, lo eres todo para mí pero es el momento de despedirnos. Quizá algún día lance otro álbum como un hobby, porque mis ideas seguirán manifestándose por diversión, pero por ahora, me despido agradecida por este recorrido. (…) No he perdido la creatividad. Aún haré periodismo, radio, música, moda, y seguiré con la creatividad en las venas, pero sin la finalidad de conseguir un cheque a cambio.»

Es decir, que lo que vende es un claro «no quiero seguir malgastando esfuerzo en algo a lo que nadie hace caso». VV Brown lanzó un álbum de relativo éxito, el #30 ‘Travelling Like The Light’ vía Island Records, pero puede que el impacto comercial quedara lejos de lo que la discográfica esperara. Su siguiente disco, girando al indie y conceptual, lo publicó ella misma bajo el nombre ‘Samson & Delilah’.

Su posición en UK, un esperable #158 no auguraba demasiado para su carrera, y la cantante volvió a girar a una electrónica más bailable en ‘Glitch’, que fue editado mediante crowdfunding y consiguió aún menos impacto que su anterior disco, a pesar de ser más sencillo en concepto.

VV Brown se va, por tanto, porque su carrera no tiene ya por donde rascar, pero al menos, deja un puñado de dignos singles para el recuerdo, y una despedida que la dignifica. Recordemos algunos de sus temas:


Shark In The Water

En 2009, bastante antes de que la fiebre por Meghan Trainor arrancara, y antes incluso de que Pixie Lott consiguiera un puñado de hits imitando este sonido, VV Brown hacía de lo retro su bandera y conseguía, con un estribillo bastante californiano, su único hit real: fue #34 en su bastión, el Reino Unido, y llegó incluso al #13 de Francia y a pisar la complicada lista de Billboard en el #67.

 

Shift

Su giro a la electrónica de baile se dió con ‘Shift’, el primer de los singles de ‘Glitch’, que nos devolvía a los 90 más oscuros, a los clubs de Estados Unidos y tenía incluso un puntito de Grace Jones. Hubo drama con el lanzamiento de ‘Shift’: el vídeo fue filtrado con anterioridad, provocando el cabreo de la artista, que acusó la filtración con un escaso impacto mediático cuando, tiempo después, lanzó oficialmente el single.

 

 

Game Over

Siguiendo con el primer álbum, ‘Game Over’ nos pareció siempre el más redondo de los singles del mismo, aunque para entonces, el efecto Pixie Lott sí que la había condenado a la segunda línea de guerra. Los ritmos militares, su contundente instrumentación y el estribillo deberían haberle dado a la artista un segundo éxito que, desgraciadamente, jamás llegó.

 

The Apple

El segundo álbum de VV, ‘Samson & Delilah’, puede ser bastante complicado de digerir, pero no tanto su segundo single, ‘The Apple’, que tiene varios hooks a lo largo de la canción: es baile, tiene «oh-oh-ohs», y el ritmillo de los versos es tan repetitivo que es francamente fácil seguir el hilo a la letra en la segunda escucha. Es posiblemente nuestro segundo single favorito de ella, y sin duda, nuestro tema favorito de ese complicado segundo disco.

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