¿Recordáis la época en la que Kylie quiso ser estrella indie y los fans le dijeron que menos pop alternativo y más ‘Locomotion’? Es de esas artistas a la que los fans rara vez le han permitido salirse de su camino. En España, nos han ocurrido cosas similares con Malú -aquel intento pop que fue ‘Nueva Piel’ se fue al garete- y muy recientemente, con una de los mayores iconos salidos de ‘Operación Triunfo 2017’, Thalía Garrido.
El sueño de Thalía Garrido era presidir Turquía, y hace un par de días lo consiguió. Le disputaba el control del Congreso a Naim Thomas, pero el pueblo turco terminó votando a su favor porque su Durum llevaba queso y Naim apenas le había puesto trozos de tomate rancio al suyo. Cruel to be kind. Y así, Thalía anunciaba a sus seguidores que se había hecho con el poder en el país, esperando su total apoyo.
Pero nada, los fans se rebelaron y empezaron a posicionarse contra su nueva identidad turca. La presión fue tal, que Thalía, arrinconada en la basílica de Santa Sofía con un disco de Tarkan en el discman, se planteó abandonarlo todo. Y así ha sido, ha cedido a las peticiones de sus fans apenas un par de días después de haber tomado posesión de su cargo, y además, lo ha hecho haciendo borrón y cuenta nueva, como si no supiera de que le están hablando:
Que si «me han hackeado la cuenta de Instagram», que si «si veis cosas raras no soy yo«… la triste realidad es que Garrido se resiste a volver a su vida de estrella del pop y necesita hacerlo paulatinamente, pero sus fans no van a permitírselo. Un poco más de comprensión, hombre.
Las cosas así, es normal que la intérprete de clásicos como ‘Euphoria’ -que Loreen plagió con descaro años antes en Eurovisión, cambiando a Miriam Rodríguez por cuatro copos de nieve-, ha tirado de cierto retintín en sus declaraciones:
«Gracias por todo vuestro apoyo. Me habéis demostrado una vez más lo muchísimo que me queréis.»
Imaginamos a Thalía, en su foro interno, diciendo «mimimi gricis pir tidi vistri ipiyi, li michi qui mi quirís…», metiendo todas sus cosas del despacho de gobierno en una caja de cartón. «Si tanto me queréis, ¡irsen!», estaría diciendo al tiempo su cerebro.
Pero así es la vida de las estrellas, entregadas siempre a su fanbase, tratando de satisfacerlo. Hoy es la renuncia al gobierno de Turquía, mañana será cederle el cargo a Cepeda con un 69% de votos a favor.
