Crítica

‘Testament’ | El regreso de las All Saints de 2000, casi dos décadas después

‘Testament’ | El regreso de las All Saints de 2000, casi dos décadas después

Cuando All Saints se marcaban su comeback definitivo en 2016, lejos de presiones discográficas y tomando su propio toro por los cuernos en ‘Red Flag’, las chicas decían, satisfechas: «Shaznay siempre parece guardarse las mejores canciones para All Saints». Y dos años después, con un nuevo álbum bajo el brazo, parece que Lewis ha vuelto a obrar su magia, y esta vez, además, totalmente en solitario.

‘Testament’ es el primer disco de All Saints que no incluye composiciones de ninguna de las otras tres componentes, pero no parece que esto sea algo que afecte a la banda. La reunión de 2016 se gestó para ser un comeback a largo plazo, y las cuatro parecen dispuestas a sacar lo mejor de lo que fueron para aplicarlo al día de hoy.

Así, las chicas han terminado reuniéndose también con William Orbit, aunque la propia Lewis aclaraba a la revista Dazed que «realmente, nunca habían perdido el contacto del todo». Sólo que esta vez, el productor se interesó de nuevo por participar en las canciones de la banda.

Junto a él, y el productor de la casa K-Gee, han dado forma a un quinto álbum que mira hacia el pasado, pero no pierde en absoluto la referencia del presente.

Antes de seguir hablando de ‘Testament’, quedémonos con nuestro tres cortes favoritos:

 

No Issues

Uno de los encantos de All Saints radica en que, incluso hablando de los temas más banales, la atmósfera de composiciones de las chicas no se rompe. ¿Una relación depreocupada? ¿Una búsqueda del amor rápido sin mayores historias? Le dan forma en ‘No Issues’, pero lo hacen con elementos de electrónica oscura, con producción industrial, como evocando las canciones de ‘Saints & Sinners’ que dejaron en el 2000 y que tanta chispa pop tenían. Sin ser, en absoluto, la alegría de la huerta que no necesita ser.

 

Who Do You Love

‘Testament’ rinde un curioso homenaje a ‘Never Ever’ en su arranque: el primer de los temas recupera el sonido de vinilo y la voz en off que transmite un mensaje para dar comienzo al disco. «Si tienes que elegir entre el hombre que te da la vida que quieres y el que te ofrece el amor que ansías, siempre escoge el amor», se escucha en los algo almibarados pero nostálgicamente eficaces primeros segundos de ‘Who Do You Love’. Poco más se parece después a aquel single de ventas millonarias, pero All Saints demuestran que, igual que por entonces, siguen con capacidad innata de reconocer una buena canción.

Las armonías de un estribillo fácilmente recordable, y sobre todo, el enorme encanto del bridge previo al mismo, además de los arreglos orquestales que adornan el tema, hacen que uno arranque escuchando ‘Testament’ con un enorme gesto de satisfacción.

 

Testament In Motion

Como decimos, en ‘Testament’ hay una sensación de que la girlband ha abierto el baúl de los recuerdos para dar forma a un disco que encaje en pleno 2018. Así, es complicado no ver clarísima la referencia a ‘Pure Shores’ en ‘Testament In Motion’, porque la canción lanza un guiño al clásico incluyendo arreglos absolutamente similares a los del smash de hace casi dos décadas.

All Saints  y Orbit transforman después lo que de primeras parece una canción melódica en un número de pop con enormes influencias hip-hop, y lo culminan con unos versos en acústico, como si a lo largo del tema hubieran mostrados las diferentes etapas de su creación. Posiblemente el mejor tema del disco.

 

Y así, a lo largo de once canciones y un par de interludios, uno se da cuenta de que All Saints tiene cuerda para rato, porque sí, Lewis sigue siendo toda una maestra de las melodías R&B-pop. Tiene un gusto exquisito, y el resto de la banda lo apoya en cortes como las baladas ‘Fumes’ o ‘I Would’, que beben del trip-hop y los sonidos urbanos que el Reino Unido más reconoce como propios; en momentos más happy-go-lucky como los del primer single, ‘Love Lasts Forever’ -posiblemente lo más popero del álbum, aunque no especialmente representativo del mismo-, o incluso en momentos más urbanos, como ‘Three Four’, que requiere de varias escuchas para generar gancho, pero está francamente bien planteada y ejecutada.

All Saints han sabido aprovechar el pasado para dar forma a un fantástico presente, aunque es cierto que, para ser un álbum tan breve, se echa en falta algo más de concisión y aplomo. Dos años después de su regreso, todavía nos da la sensación de que All Saints tiene más donde rascar, quizá dotando a sus temas de una producción más cruda, menos rebuscada. Quizás también hayamos sentido que hayan desprovechado la oportunidad de sonar más urban que pop en un momento de tantas posibilidades para el R&B y hip-hop.

Quizá esperábamos más guiños a ‘All Saints’ y ellas le han dado más a ‘Saints & Sinners’, el referente clarísimo de toda esta nueva etapa, en los temas con y sin Williams Orbit. Ojo, un referente estupendo para un disco estupendo, cuyo mayor defecto, por explicarnos, es que deja con ganas de más y mejor.

Cientos de bandas matarían por provocar eso tras varias escuchas.

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