No es la primera vez que Shakira se lanza al terreno de urban latino. Es más, hemos perdido la cuenta de las veces que lo ha hecho desde que en 2005 metiera el pie en el charquito con ‘La Tortura’. Sin embargo, la mayoría de las veces ha salido bien parada del crossover, dejando importantes bops que, más allá del mensaje, tenían un elemento de pegajosidad que atraía a cualquier oyente. Sí, en ‘Me Enamoré’ ya cruzó toda frontera posible y aquello fue un poema digno del libro de Alfred García, pero lo de hoy, con ‘Me Gusta’, es otro nivel.
‘Me Gusta’ es un cuadro. ‘Me Gusta’ debería estar expuesto en el Reina Sofía. En la zona de arte abstracto. En esa que nadie entiende por mucho que se pase horas mirándola fijamente. Es esa en la que se oye a gente decir «mi hijo de 6 años podría haber hecho eso perfectamente». En esa en la que no activas el audioguía porque qué ibas a querer escuchar. Ahí debería estar expuesto ‘Me Gusta’.
Porque sí, es peor incluso que ‘Me Enamoré’. Aquel tema tenía el gracejo de funcionar como guilty pleasure, de funcionar por el factor «es tan mala que es buena». Pero ahora, Shakira ha dado forma a una canción que no tiene chispa alguna, que no es que invite a Anuel a participar, es que lo necesita desesperadamente para acumular streams. Porque no hay ningún hook aparte que no sea el de su presencia.
Ni siquiera el sampler del ‘Sweat’ de Inner Circle de 1992 consigue levantar una sonrisa: primero porque es una canción irritante hasta decir basta, y segundo, porque a nadie se le escapa que la colombiana ha tratado de marcarse un ‘Con Calma’. Ha olvidado que al menos Daddy Yankee tenía un estribillo cojonudo en el que poder apoyar el lanzamiento. ‘Me Gusta’ tiene un feature de moda y un poco de apropiación cultural asiática: ojito con la imagen, porque Shakira sale delante de varias piezas de sushi en el suelo. Se ve que se ha propuesto dar en la diana del fail con todo ello.
Espero que si vais a visitar ‘Me Gusta’, tengáis al menos el carné de estudiante a mano y os salga gratis.
