Hace ya tres años que ‘Operación Triunfo 2001’ celebraba su quince aniversario y los chicos de la edición no han conseguido superar el paso del tiempo juntos aunque sean diferentes y les una una obsesión. El grupo de Whatsapp de los triunfitos de primera generación ha desaparecido. Y no, no porque Manu Tenorio sea más de utilizar móviles con tapa o porque alguien, por error, hubiera incluido a Juan Camus en el mismo y a ver de qué iban a hablar ahora. Hay otra razón: el trabajo.
Y es que con el jaleo que tienen ahora Javián o Verónica Romeo, que viene de triunfar en América y la zona este de Alejandría, cualquier saca tiempo para enviar mensajes. De modo que la superviviente de la revolución de 1918 Rusa López no ha tenido otra que confirmar en ‘Poker de Reinas’, programa de Canal Sur -sur de Rusia, obvio-, que el soviet de triunfitos se ha deshecho:
«Ahora se ha disuelto. Pero no por nada malo sino porque hay mucho trabajo.Estamos muy liados, pero estamos esperando a que haya próxima quedada.»
David Bisbal está ya consultando su agenda, de tantas ganas como tiene. «Aquí no, que tengo pilates. Ese día me va mal, que están las acciones de Telefónica altísimas. Aniversario de ‘Bulería’. Los niños tienen paddel. Revisión de las carillas de porcelana… espera a ver si este… nada, es el día Internacional de la Balalaica y queríamos ir a ver un Festival en Miami. ¿Os puedo llamar yo? Ya, que no vais a quedar para la piscina en noviembre… no, no, pues id vosotros si eso, no os preocupéis. Sí. Ya. Oye dadle un beso a Juan, ¿eh? Ah, que no os lleváis. Perdón, perdón.»
Pero Rusa López ha confirmado que hay un WhatsApp alternativo donde las reuniones bolcheviques de los concursantes continuan teniendo lugar a menor escala. El Fórmula Abierta de los grupos de WhatsApp, hay poca gente, entran y salen, y a nadie le importa realmente:
«A parte de ese Whatsapp hay otro y algunos tienen hijos y cuando ponemos alguna burrada que no tiene que ver un niño…»
Contenido picante. Como la foto de un hombre de color que pinchas y de pronto, click, sorpresa. Claro, eso los niños no deberían verlo. Es comprensible. En fin, celebremos un minuto de silencio por la desanexión de los triunfitos esperando a una próxima celebración que nos vuelva a poner al día. El 30 aniversario. El funeral de alguien, Dios no lo quiera. ¿Una boda, quizá? Es más buenrollista aunque Juan pondrá de nuevo mil problemas porque a él no le han dicho de ser padrino.
