El comeback de Bellepop es inminente. Bueno, inminente tampoco, que esto es 2020 e «inminente» significaría que en lo que escribimos este post, ya habrían salido 6 álbumes de la girlband. Pero el 16 de octubre, fecha definitiva, se publicará el nuevo single del ahora cuarteto en compañía de Mara Barros -no confundir con Mara Yimou, el personaje que da inicio a ‘Motivos Personales’– y Roser -no confundir con Ana Guerra, que está haciendo instrusismo laboral-.
El proyecto ha sido financiado con 8.700 euros provenientes de las arcas de los fans, aunque está claro que de esos 8.700, unos 1.400 fueron entregados en mano por la aerolínea Lufthansa. ¿Su objetivo? Pagar un billete de ida a Kuala Lumpur para el estilista que debía encargarse de Bellepop en su regreso. Como veis, olvidaron coger el de vuelta, porque ya salía caro y había que recortar más en vestuario para Davinia, y al final la pobre iba a tener que salir con una camiseta del Pryca.
Y claro, con el estilista de viaje -no sabemos si a Kuala Lumpur o si realmente le dio un síncope antes del shoot y esta… de ese otro viaje-, las chicas pues se han puesto lo primero que encontraron en su cajón de disfraces de las Spice Girls, cuando los guardaron en el baúl en 1999.
Roser llega vestida de Flash Gordon, Davinia lista para la fiesta de pijamas, Carmen Miriam le ha cedido su puesto la dependiente del Pimkie de Fuenlabrada, Elisabeth va al mismo tiempo de Becky G y de Wendy Sulca, a su lado chica de Idealista con las mejores ofertas en pisos para la zona centro y luego Mara con un body, que menos mal que tenía una chaqueta más llamativa encima, que si no la pobre parece que fuera a rodar el ‘Paco, Paco, Paco’.
Más allá del pobre estilista haciendo autostop para conseguir llegar de vuelta al aeropuerto y poder comprar un billete, lo cierto es que el resto de la carátula de Bellepop es sencilla. Es decir, podría ser peor, le podían haber puesto un sofá de pelos de fondo a esos outfits. Y el logo es guay, que tampoco es el Arial 20 de 2002.
No vamos a engañaros: criticamos mucho todo este proceso de crowdfunding -mantenemos la crítica- pero nos mata la curiosidad y el espíritu esperpéntico que tenemos dentro.
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