Qué Tiempo Tan Feliz

‘Mi Mundo Sin Ti’, la Soraya que arrancaba su carrera a golpe de himno de frase épica

‘Mi Mundo Sin Ti’, la Soraya que arrancaba su carrera a golpe de himno de frase épica

Bienvenidos a ‘Qué Tiempo Tan Feliz!’, la sección con la que echamos la vista atrás a canciones que, por un motivo u otro, han marcado la historia del pop y creemos que son merecedoras de volver al recuerdo general. Coged vuestros minidisc, cassettes, vinilos o CDs, porque viajamos atrás en el tiempo para revisionar alguna joya.

Rebobinemos pues hoy hasta 2005, cuando Soraya salía de ‘Operación Triunfo’ con la ventaja de haber quedado segunda, que es algo que ya sabemos que a los triunfitos les suele venir mejor que ganar. Y encima, lanzó un bop.

 

La canción es un bop. No nos lo neguéis. Compuesta y producida por Kike Santander, mezclaba el latino justo con el pop ultra poderoso que tantísimo necesitaba España por aquella época. Y lo interesante es que el latino no se dejaba ver: no había arreglos especialmente latinos, ni beats latinos, ni sacamos las maracas del armario. Lo único que dejaba caer que Santander estaba tras toda esa historia era el espíritu. Porque sí, había una guitarra española haciendo de guía, había una base super popera, pero el espíritu era el de la heroína de telenovela que por fin se enfrenta a la malvada señora con los labios perfilados y melena de raya en medio. Sólo que en plan que era un tío, que Soraya a quien mandaba al güano era, en principio, a un señor.

Y lo hacía a lo grande, volviendo a exaltar ese espíritu telenovelero: «por mí te puedes ir al cuerno». De verdad, chimpún. Se acabó, es que aquel estribillo no permitía respuesta alguna. Te ibas al cuerno con tus mentiras y tu falsa forma de amar. Y te cocinabas en tu propio infierno, vaya si te cocinabas. No estaba Soraya para tonterías, que acababan de darle su primer shot y ahí había más carne en el asador que en un KFC.

‘Mi Mundo Sin Ti’ obedecía las reglas de cualquier bombazo del Vale Music que ya iba pasando página del verano perpetuo: bridge de epicidad despedida, estribillo Gloria Trevi que pudiera ser berreado en compañía y versos de intensidad desbordante.

 

Si la canción estaba hecha para dar un resultado épico, Soraya lo sabía perfectamente. Más allá de que la pusieran a ejercer de Licenciada en Soldadura por sus seis semestres en la San Marino, la artista tenía el papel de estrella del pop bien aprendido. Y lo ejercía con las miradas a cámara, amenazantes, potentes, repletas de pasión y muy al borde de la bofetada visual al público.

La boca entreabierta entre los versos, los giros de cabeza que hubieran provocado una buena hairography de no ser porque decidieron peinarla con una especie de fregona de flecos y lo que parecía una peluca de Sofía, de ‘Las Chicas De Oro’, pero con una horquillita -los dosmiles fueron FUERTES-: Soraya se postulaba como la Marta Sánchez algo más tomboy que nadie había pedido pero todos necesitábamos.

Luego se veía inmersa en una pelea callejera. ¿Por qué? Pues porque posiblemente varios chinos mariquitas más ninjas que los ninjas querían sobarle parte de la cubertería que había soldado en su taller, y ella no estaba dispuesta a vendérsela a nadie que no fuera Lo Mónaco. Con lo cual, se liaba parda. Y ahí, entre patada y patada, Soraya continuaba con el playback. Nunca una pelea estuvo tan fuera de argumento y tan dentro del espíritu de una canción.

 

Del single apenas tenemos datos, porque España hace muchos años que no tiene un mercado de singles en condiciones, pero podemos hablar de sus escuchas actualmente: ‘Mi Mundo Sin Ti’ suma 8,1 millones entre Youtube y Spotify, y sigue siendo el tercer tema más popular de Soraya en la plataforma, a pesar de haberse publicado muchísimo antes de que habláramos siquiera del concepto «streaming».

El disco al que servía de lead, ‘Corazón De Fuego’, se quedó en un decepcionante #17 en su semana de entrada, pero la estabilidad fue clave en el proyecto y Soraya cerraría trayectoria habiendo alcanzado el #13 durante dos semanas, con un Platino bajo el brazo y 29 semanas de permanencia, que no sería moco de pavo. Ni moco de Boo-chan.

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