El cambio producido en televisión española a la hora de hacer series en los últimos 10 años es un hecho tan consumado que la llegada de ‘La Zona’ este mismo viernes no debería suponer ningún acontecimiento. O sí, porque la primera apuesta original de Movistar + (esto es, al margen de ‘Velvet Colección’) para la temporada enseñó esta semana sus cartas en Madrid y la sensación de estar ante un notable producto era más que obvia.
‘La Zona’ traslada la trama a un entorno fácilmente localizado, el interior de Asturias, donde tres años antes se ha producido un accidente nuclear. Un pueblo entero ha debido ser desalojado y su entorno pasa a formar parte de una zona de exclusión con peligrosos niveles de radioactividad cuyo tránsito está prohibido.
De esta manera, el accidente no es la trama en sí, sino que funciona como hilo conductor de un thriller con diferentes ramificaciones, relacionadas entre sí, centrado en la búsqueda del responsable de un brutal asesinato, cuyas explícitas imágenes, rozando lo gore, no estamos acostumbrados a ver por estos lares.
La atmósfera no es que esté bien lograda, es que es un personaje más de la serie. El bosque asturiano consigue ofrecer algunas de las imágenes más potentes de la ficción, y el pueblo desolado por el accidente transmite esa urgencia y desesperación con los que ha sido abandonado.
En el área de exclusión se adentran personajes como Héctor, interpretado por Eduard Fernández, inspector del Cuerpo Nacional de Policía y uno de los afectados de primera mano por el accidente. La labor del catalán al frente del reparto está en consonancia con el resto de intérpretes, entre los que destaca Alexandra Jiménez y Álvaro Cervantes, y donde echamos de menos a Emma Suárez, apenas presente en un par de escenas por el momento. El rango de secundarios se mueve entre lo sobresaliente (Luis Zahera, Inma Cuevas) y lo no tanto (Alba Galocha). Quizás el punto negativo al respecto es la falta de intérpretes asturianos o con acento asturiano, un asunto que nos cuesta entender porque al fin y al cabo la acción no se desarrolla en un bosque de Valladolid.
La serie está planificada en ocho episodios de no más de 50 minutos cada uno, con la excepción del inicial. Por un lado nos olvidamos de las tramas secundarias prescindibles que lastran el interés de la o las principales, por lo que la acción queda más concentrada. Por otro, la apuesta de la plataforma por comenzar su contenido propio a las diez de la noche en #Cero juega a favor de visionar la serie el día de su emisión, al margen de su disponibilidad bajo demanda en la plataforma de Movistar +.
Basta saber si el resto de la producción de los hermanos Cabezudo se mantiene en la línea de los dos primeros capítulos. Teniendo en cuenta que son los showrunners de ‘Crematorio’, la serie que los expertos consideran una de las mejores creadas en España en los últimos años, nuestras expectativas son más bien altas y posiblemente serán cumplidas.
La ficción de Movistar +, que se úne a Netflix España en desarrollo de contenido propio y, lo más importante, de calidad y exportable, hace crecer nuestras ganas de que lleguen sus siguientes apuestas: ‘Vergüenza’ y ‘La Peste’.
