Durante las próximas semanas, nuestra intención será analizar el paso de España por Eurovisión: sus éxitos, sus fracasos, sus delirantes puestas en escena… todo bajo nuestra particular lupa. Como no queremos que la historia se alargue hasta el próximo 2029, y con la intención de hacer más secciones de carácter estúpido, hemos decidido comenzar nuestra andadura eurovisiva en 1990. ¡Esperamos que disfrutéis de este viaje de 25 años!
https://youtu.be/ovwzvbW9VQo
La canción
Marcos Llunas fue a Eurovisión con lo que después entenderíamos como el clásico single de triunfito. Una balada de catálogo, muy de las que se llevaban en los noventa, con una letra repletita de clichés para sobrevenir una ruptura: «eres algo especial, no habrá nada igual, por eso te pido que no haya rencor» cantaba Marcos Llunas a alguna muchacha que, posiblemente, estaba deseando girar la cara y decirle «pero qué rencor ni que nada, que te vayas te he dicho, hombre ya, que me dejes tranquila». Pero nada, el insiste e insiste hasta que a la chiquilla se le tiene que quedar la cabeza como un bombo.
Especialmente noventero es el key-change que se marca Llunas hacia el final del tema, que no hace sino evidenciar que el concepto David Bustamante se engendró mucho antes de 2001. Lo imaginamos, de hecho, en sus obras cantando por esta canción mientras se secaba una lagrimita con restos de cemento.
La puesta en escena
Como en todas las propuestas españolas de los noventa, magnífica en la distancia. Es decir, había que tenerlos cuadrados para presentarse allí con un traje que le quedaría grande a La Montaña, de ‘Juego De Tronos’ y ponerse a cantar con semejante derroche de falta de carisma en aquel escenario. Llunas no sabe muy bien qué hacer cuando se da cuenta de que le rodean cámaras: primero opta por desviar la mirada, después le entra como un tic extraño con el que parece que tiene un ojo vago, y el apogeo del despropósito gestual lo consigue al final de ‘Sin Rencor’, cuando lleva a cabo unos ad-libs resueltos con cara de estar sufriendo un cólico en directo. Nos referimos especialmente a esto:
Sin saber muy bien si el cantante iba a sufrir una apoplejía en aquella situación, sus coristas toman el mando y dejan claro que de haber llevado a unos señores, la canción hubiera sonado mejor. ¿Por qué esos coros femeninos? En fin, que todo resultó un poco actuación de piano bar, como de cásting para conseguir que tus amigos te terminen de invitar al karaoke de una vez por todas. Y aun así, la mayoría diría que no.
El resultado
Marcos Llunas, a pesar de todo lo que hemos dicho, brilló aquel año en Eurovisión y consiguió una muy buena sexta plaza con 96 puntos, con un 12 de Malta y 10 puntos de Chipre. Sin embargo, quien terminó arrasando aquel año fue el Reino Unido, quien quitó por fin Eurovisión a Irlanda (tampoco os emocionéis, quedaron segundos en 1997) con Katrina And The Waves, que batió un récord de mayor cantidad de 12 puntos hasta la fecha. Un total de 10 países otorgó la mayor puntuación a ‘Love Will Shine A Light’, una cantidad que no se conseguiría batir hasta que en 2009 llegara ‘Fairytale’ de Alexander Rybak (con una mayor cantidad de países votando, obviamente). El tema, más british imposible, logró un total de 227 puntos, 70 más que su más directo competidor.
https://youtu.be/X8oTtSTRdSw
¿Qué fue de él?
Puede que ahora mismo no ubiques mucho a Marcos Llunas, pero lo cierto es que tuvo sus años de gloria como el David Civera pre-David Civera. No en vano, Alejandro Abad fue el compositor de algunos de sus éxitos. Llunas tuvo suerte en verano con canciones como ‘Reina De Las Diosas’ (1999) o ‘Dueña De Mis Ojos’ (2002) antes de desaparecer de los focos tras 2004, cuando se editaba su último álbum de estudio.
Llunas reaparecería con nuevo disco en 2012, un álbum de versiones de Dyango, su padre, uno de los referentes de la balada en España.
