«Me encanta el oro, es otra de mis pasiones, me vuelve loca el oro. Todo junto, yo o nada o mucho», así nos imaginamos a Ricky Merino entrando en su vestidor al ir a prepararse para el rodaje del vídeo de su primer single post ‘OT’, ‘Miénteme’. «¿Qué tenemos? ¡Una llamada! Tres rollos de papel Albal, unos leggins de color carne, cordones y algo de tul, perfecto», nos imaginamos algo después una vez dentro de la habitación. Con eso y un bizcocho, el equipo de Merino, dirigido por Javier Giner te monta una orgía en un pispás.
Bueno, con eso y un montón de fruta, nos sea que nos quedemos sin ver a Raoul sosteniendo una papaya por algún motivo, provocando horas después el siguiente comentario:
Papaia
— RAOUL VÁZQUEZ (@raoulvazquez) 25 de noviembre de 2018
Y es que sí, amigos, además de montarse una orgía greco-romana del siglo I, que a quién no le iba a gustar, e inspirarse en las culturas de los más antuiguos para ‘Miénteme’, a Ricky Merino le gusta la fruta. Lo imaginamos acondicionando el espacio del vídeo colocando una uva aquí, un aguacate allá, haciendo un sostén con la piel de un par de cocos, y confundiendo a Nerea con un pomelo.
Porque como veis, invitados tiene: además de Raoueil y Nerea Rodríguez, actores de ‘La Llamada’ y ocasionales modelos de manos, Merino cuenta con la presencia de Itziar Castro, exitosa profesora de interpretación de la última edición de ‘OT’ y actriz de no tanto éxito en ‘Vis A Vis’; Raúl Tejón, actor predilecto de FórmulaTV para puntuales artículos sobre desnudos; y Paco Tomás, guionista, escritor, e influencer tuitero de la generación millennial.
Y así, con toda la gente colocada -en su sitio, que no es este el vídeo del último single de Malú- y la fruta en lugares estratégicos, se inicia una revolución sexual en la que termina catando carne hasta el apuntador, costándole algún disgusto a Merino en redes sociales: Instagram ya le ha censurado algún plano de ‘Miénteme’ por enseñar teta.
Por cierto, merece la pena ver el clip hasta el final, no sólo para disfrutar del tema, un tanto Charlie Puth cantado como si Melanie C tuviera necesidad de Ventolín, sino también para descubrir qué termina ocurriendo con Ricky Merino sobre la mesa. Bon Appètit, baby.
