Se acabó. Katy Perry no pasará a la historia como la Ana Rosa Quintana americana, salvo que en algún momento le dé con ir con un montón de amigas a una zona de guerra e iniciar un coloquio con fulares. En ese caso, pasará a la historia como tal. Pero no por plagiar nada, porque ‘Dark Horse’ es oficialmente un no-plagio. La cantante perdió el juicio -en todos los sentidos- hace unos meses, cuando un juzgado la obligó a pagar una millonada al supuesto creador original de la base trap de ‘Dark Horse’. Katy recurrió aquella sentencia y ahora le han dado la razón.
Por lo tanto, ‘Dark Horse’ no es un plagio. Puede ser un tema de mentira, un tema cerdo, uno idiota, un plagio… ¡pero de actor porno no tiene nada! La juez federal Christina A. Snyder -damos fe de que la ‘A’ no responde a ‘Aguilera’- ha dictaminado lo siguiente:
«Es indiscutible que los elementos del ostinato de 8 notas que se encuentran en ‘Joyful Noise’… no son particularmente únicos y no son una combinación extraña. Una combinación de notas relativamente común que está, tocada además en un timbre particular de un género músical, no puede considerarse tan original como para que se le otorgue protección mediante copyright.»
La abogada de Katy Perry también ha parecido satisfecha con la resolución del caso:
«Esta es una importante victoria para los creadores y la industria musical, que reconoce que las bases de la construcción musical no pueden ser monopolizadas. Los autores de ‘Dark Horse’ están libres de culpa.»
No habrá rapero cristiano que haga sombra a Katy Perry por el momento. Quizá cuando llegue un rapero judío la denuncie por plagiarle ‘Never Worn White’, pero lo dudamos mucho. Quién iba a querer plagiar ‘Never Worn White’. Es más, para denunciarla antes tendría que haberla escuchado. Y a estas alturas, sólo la madre de Orlando Bloom le está dando streams a eso.
