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Estrella Fugaz | Hevia, la surrealista conquista del mainstream a golpe de gaita

Estrella Fugaz | Hevia, la surrealista conquista del mainstream a golpe de gaita

En ‘Estrella Fugaz’, tenemos la intención de echar la vista atrás, como nos gusta, para analizar aquellos lanzamientos de estrellas que según empezábamos a disfrutar, de pronto, se fueron. No nos dio tiempo ni de asimilar sus nombres. Las nuevas generaciones no las conocen. Pero durante unos minutos, o unos segundos al menos, sus nombres estuvieron en nuestras bocas por un par de singles o un álbum al completo.

Prepara tu telescopio, y si las ves regresar, pide rápido un deseo: nunca sabes como cuánto va a aguantar su estela. Nuestro invitado de esta semana es Jose Ángel Hevia.

 

La historia de Jose Ángel Hevia es como la de cualquier miss estadounidense, sólo que con la ventaja de disponer de algún talento real. Desde bien pequeño se interesó por las gaitas -we can relate- y empezó a tocarla a los 7 años, tratando de lucirse en solitario, montando alguna banda de gaiteros y participando en distintos grupos,  interesando a un montón de entendidos en la materia, hasta que en 1991, consiguió publicar su primer disco.

Un disco de folk al que, evidentemente, nadie estaba prestando demasiada atención, porque bastante ocupados estaban en España consiguiendo dejar de lado los movidísimos ochenta como para ponerse ahora a mirar gaitas. El caso es que siguieron pasando los años, Hevia se fue presentando a un montón de concursos que ganó, aprovechó para pedir la paz en el mundo y pasar contar lo que sabía él de Rusia, y poco a poco, se fue haciendo un nombre en su Asturias natal y demás tierras de la gaita y el folk celta.

Hevia siguió ganando reconocimiento con los años, y bam, de pronto, una discográfica decidió que era el momento de lanzarlo a lo grande.

 

El momento fascinante en el que, en 1998, los astros se alinean y España decide que es el año de prestar atención a un gaitero. Y no a uno cualquiera, al inventor de la gaita electrónica con sonidos MIDI, esos mismos que te servían por la época para cantar karaoke en tu ordenador, y que ahora eran el no va más del folk patrio. Por supuesto, trayendo de cabeza a un montón de detractores, que opinaban que si no soplaba, no tocaba la gaita. Hay que ver qué polémicas tan maravillosas manejábamos por aquel entonces: el efecto 2000, soplar o no soplar la gaita… un no parar.

El caso es que la gaita sopló de lo lindo, aunque fuera electrónica, y Hevia se marcó dos hits de cágate lorito: el primero, ‘Busindre Reel’, que parece surrealista, pero además de dar un colchón épico a ‘Tierra De Nadie’, su disco de la época, llegó a ser #1 de Los40 en abril del 99. La techno-gaita. El folklubbing. Y después, cuando todo parecía condenarle a one-hit-wonder, se convierte en himno de la Vuelta Ciclista con una remezcla de ‘El Garrotín’ y continúan los éxitos hasta certificar el álbum como 6 veces Platino. De hecho, ‘Tierra De Nadie’ superó el millón vendido en Europa.

La cosa no queda ahí: aunque el siguiente single, ‘Sobrepena’, quedó lejos del resultado de los dos primeros, Hevia lo lanzo remezclado por Carlos Jean, que venía de haber trabajado con Marta Sánchez en ‘Desconocida’. No diréis después que no era ecléctico el hombre: de una gaita de single a un single con gaitas.

Hevia nunca volvió a estar tan de moda como en aquel 1999, pero es cierto que su siguiente disco, ‘Al Otro Lado’, aún tuvo tirón suficiente como para dotarle de un séptimo Platino en la colección y cerrar su estrella fugaz con una estupenda estela.

 

Que España se puso a pensar un poco y se replanteó lo de tener a un gaitero como líder de la radiofórmula patria, que, con todos los respetos al mundo instrumental, sigue siendo un tanto extraño. Bueno, no sólo a uno, porque el éxito de Hevia llevó a Carlos Núñez a conquistar también el airplay español con ‘El Pozo De Aran’, confirmando que celta el último.

Hevia publicaría un tercer disco -de nueva era, digamos, sin contar el del 91- en 2003, pero la gente ya estaba más en la onda post-‘OT’ y ain’t nobody got time for gaitas. Con lo que el éxito del disco resultó minoritario y el asturiano se tomó su carrera musical con más calma de allí en adelante.

Un cuarto disco llegaría en 2007, con una intentona de reconversión chill que haría las delicias de los fans de Enya, y finalmente, 11 años de silencio hasta la publicación de ‘Al Son Del Indianu’, su nuevo disco, de este mismo año, con sabor latino, faltaría más. Bueno, silencio relativo, porque se han lanzado 3 recopilatorios con lo mejor de Hevia, aunque recordemos, tuvo dos hits y medio siendo generosos.

No subestimemos en cualquier caso al artista: Hevia es Académico de la Lengua Asturiana, tiene un Premio Ondas a Artista Revelación, y lo más importante: un premio Nokia Amigo por el que mataríamos. Vamos, que le faltó que la Bravo le entregara el Otto de Oro a Mejor Gaitero.

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