Cómo Hemos Cambiado

‘Emotion’, el cover de Destiny’s Child que no era original de Bee Gees, pero sí

‘Emotion’, el cover de Destiny’s Child que no era original de Bee Gees, pero sí

Bienvenidos a ‘Cómo Hemos Cambiado’, la sección de la web que, reivindicando a Presuntos Implicados en su nombre, va a analizar algunos de los covers más populares del mundo del pop, muchos de los cuales seguro que no sabíais que eran versiones. O seguro que sí, porque chico, hoy la Wikipedia lo desvela todo y no deja a uno ni sorprenderse de que Natalie Imbruglia lleve toda la vida viviendo de un cover. En cualquier caso, esperemos que disfrutéis de esta sección, y vamos allá con la canción que hoy nos ocupa, ‘Emotion’. 

‘Emotion’ no era un corte especialmente Destiny’s Child. Es decir sí, tenía las armonías vocales, tenía gorgoritos y era un medio tiempo que de primeras les iba bastante bien, pero en realidad era demasiado pop para la banda. No hay sino compararla al contenido de su último trabajo, ‘Destiny Fulfilled’, que iba cargado de temas del mismo estilo, pero bien adaptados a la discografía del grupo.

Este ‘Emotion’ era, simple y llanamente un corte pop disfrazado de R&B. Muy bonito y todo lo que queráis, pero un poco de pegote. Claro que en ‘Survivor’ les dio por ser más mainstream y en aquel álbum tenía perfecta cabida algo así, porque era un poco un batiburrillo de propuestas pensadas como hits. La sensación de best of de posibles singles y cuatro temas inéditos, vaya.

¿Y por qué chirriaba tanto? Pues porque su productor, Mark J. Feist, no se había comido demasiado el tarro para adaptarla, y cogió prestada la base del cover que Regine Velasquez había grabado en 1998, limándolo lo justo y necesario para la girlband. Él también había producido aquel cover.

Pero ‘Emotion’ funcionó y en parte lo hizo a causa de factores externos: Destiny’s Child dedicó el tema a la muerte de Aaliyah, que había fallecido en agosto de aquel año -‘Emotion’ se lanzó en octubre de 2001- y a este homenaje se le sumó el atentado del 11-S, que dio un empujón extra a la canción en radios. Es decir, a pesar de todos los desgraciados acontecimientos, el timing fue perfecto para el trío.

‘Emotion’ cuenta una historia de pérdida, traición y soledad que se refleja en el vídeo de pantalla partida que rodó Destiny’s Child. En él, Kelly se despide de un amor, Michelle debe decir adiós a su abuela enferma y Beyoncé pilla a su pareja en una infidelidad -otra Becky La Del Buen Pelo-. Al final del clip, el trío se une en la misma pantalla, y por fin celebran que a Beyoncé no le amplian su parte de la imagen cada vez que canta ella.

 

 

La australiana Samantha Sang lanzó la canción original en 1977, después de unas sesiones de grabación junto a los Bee Gees, con los que había trabajado algo antes. En aquel momento, los reyes del falsete estaba preparando la banda sonora de ‘Saturday Night Fever’ y ‘Emotion’ era una de las canciones pensadas para la película.

Finalmente, descartaron la idea y le dieron a Samantha Sang la opción de grabar su propia versión, aunque originalmente la canción que ella tenía entre manos era ‘Don’t Throw It All Away’, que finalmente les devolvería a ellos. Sang grabó la canción con un beat algo más uptempo que el de las versiones posteriores y con Barry Gibb haciéndole los coros en el estribillo. Y quién dice «haciéndole los coros» dice «comiéndole la voz» en los estribillos, porque sólo se le escucha a él. Y es que Samantha había optado por una versión con la voz más aterciopelada, susurrada, mientras que el falsete de Gibb quedaba muy por encima de lo grabado por ella.

Como dato curioso, los Bee Gees grabaron su propio ‘Emotion’ bastantes años después, para un álbum de 1994 que jamás terminó viendo la luz. De modo que no fue hasta el mismo año del cover de Destiny’s Child, 2001, cuando el trío se decidiera a publicar su versión de la canción como parte de un recopilatorio de grandes éxitos.

 

A nivel cualitativo, ni la una ni la otra: salió ganando la tal Regine Velasquez, que utilizando la base de Destiny’s Child creó una versión del todo similar y a nuestro gusto, bastante más apropiada en cuanto a tempo e interpretación vocal. Pero si hablamos del impacto comercial, vamos con los datos:

Samantha gana en Billboard, porque su original fue #3 en el Hot100 -de hecho, es su único hit notable, se retiraría poco después hasta 1999- y resistió 27 semanas en lista, hasta que en abril de 1978 la certificaran Platino. Destiny’s Child no consiguieron certificar su ‘Emotion’, pero sí la llevaron hasta el #10 y aguantaron en lista 5 meses, que no es moco de pavo.

En el mercado internacional, Destiny’s Child fueron #3 en UK, top10 en Irlanda, Portugal, Países Bajos, Noruega… y top20 o 40 en el resto de Europa. Desde luego, en impacto internacional salieron ganando,  entrando en más listas que Samantha, que eso sí, también llevó su ‘Emotion’ al #2 en Australia, #11 en UK o #18 en Suecia.

El efecto streaming da la victoria a Destiny’s Child -como también es lógico por relevancia contemporánea-: su ‘Emotion’ lleva 58 millones de visualizaciones en Youtube frente a los aproximados 13 que acumulan los vídeos no oficiales de Sang. En Spotify Destiny’s Child suman 45,3 millones frente a los 10 de la versión original.

¿Con qué versión os quedáis vosotros?

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