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Doja Cat da más explicaciones: «La canción era lo peor, pero no tenía relación alguna con la brutalidad policial»

Doja Cat da más explicaciones: «La canción era lo peor, pero no tenía relación alguna con la brutalidad policial»

Doja Cat ha vuelto a disculparse por la polémica racista en la que se ha visto envuelta en los últimos días. Una polémica a la que se le ha ido avivando la llama con la aparición de nuevos vídeos, testimonios y canciones, que ha ido perfilando a una Doja Cat un tanto desubicada hace unos años.

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La artista ha querido comentar casi todas las polémicas a través de un directo en Instagram Stories, aunque algunas de las excusas que ha puesto han resultado algo vagas. Leamos primero qué es lo más relevante de lo que ha dicho:

«La canción la escribí por 2015 (…) es la peor canción del mundo, no mala, lo peor. La letra está perdidísima, utilicé un termino que jamás debe usarse. (…) Pido disculpas a cualquiera que se haya sentido ofendido pero la canción no tiene relación alguna con la brutalidad policial o con la muerte de Sandra Bland. El hecho de que se relaciones con la muerte de una mujer inocente me parece un rumor deplorable. No entiendo cómo alguien cree que está bien crear ese bulo sobre una canción.

(…) El chat al que voy es público. Entro allí con mis amigos. Solía ir allí y es cierto que entran y salen gente racista. Entran y salen y son baneados. El pensar que ese chat es sobre la supremacía blanca… yo no lo veo así de ninguna manera. ¿Sabes lo que veo? Que hay racismo en Tinychat y también en Instagram, Twitter… pasa en todas partes. Simplemente pasa más en Tinychat porque no está tan controlado. (…) Yo fui moderadora y pude bloquear a gente por eso, o por agredir a mujeres… pero puede entrar cualquier persona a él y a veces entra gente así.

(…) El clip que podéis ver de Tinychat, efectivamente es uno en el que salgo yo. Y sí, esta soy yo excusando un comportamiento estúpido mío. Soy un poco cabeza loca, e iba borracha. Pero al mismo tiempo puedo ser concisa y sé hablar y ser lista. Pero soy un poco idiota. En este vídeo fui estúpida e iba borracha. Puede que creyerais oírme decir «¡llámame «n****»!», pero no es lo que dije. No me interesa el race-play, no conozco a nadie que lo haga. No me interesa nada. Soy kinky, pero no hasta ese punto. 

(…) Respecto al TikTok de Beyoncé… Beyoncé es la puta reina. Beyoncé es la razón por la que yo creo que puedo ser lo que soy, es uno de los motores de mi carrera. Indiscutiblemente talentosa. Y es todo lo que tengo que decir.»

Y ahora, tratemos cada caso para ver hasta qué nivel cuela lo que ella cuenta:

  • El drama del tema racista, ‘Dindu Nuffin’ | El que tenga relación con el fallecimiento de Sandra Bland bien puede ser un invent, y ella misma reconoce lo desafortunadísimo de toda la letra. Aquí es creíble, aunque confirma que era una cretina.
  • El tema del chat de gente racista | Un tanto vaga la explicación. Sí, a los chats puede entrar gente de cualquier índole. Ahora bien, si uno ve que está en una sala llena de gente racista, lo normal es abandonarla, no reírles las gracias y permanecer en ella, por mucho que lleve razón en que, efectivamente, debería ser tarea de los moderadores el banearles. Pero el sentido común también tenía mucho que hacer ahí.
  • El tema del race-play | En esto, oye, cada uno que se llame lo que quiera en la cama si no le resulta ofensivo, aunque ella aclarar que no lo practica. Pues muy bien.
  • El tema de llamar «mono» a Beyoncé | Vaguísimo. De hecho, ni siquiera explica por qué la llama «Beyon-key» o «Beyon-kay», que era lo mínimo. Decir que es una diosa es como si nosotros asesinamos a alguien y después alegamos ser inocentes porque nos parecía una bellísima persona.

Lo más fuerte de todo es que, de los aproximadamente 18 minutos que le dedica al tema del racismo, cede cuatro en total a hablar de la mayor gilipollez de todas: el hecho de que, tras prometer que enseñaría el pecho si llegaba al #1 con ‘Say So’, no lo hiciera. Por Dios, todo el mundo entiende que eso es una broma. No hace falta tirarse cuatro minutos explicando que no ibas a ponerte en topless, especialmente si luego en veinte segundos justificas el llamar «mono» a una compañera. Choices.

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