Crítica

‘Dancing Queen’ | Los temas de ABBA en la voz de Cher, más salvavidas que homenaje

‘Dancing Queen’ | Los temas de ABBA en la voz de Cher, más salvavidas que homenaje

Hace unos meses, la noticia de que Cher preparaba un disco de canciones de ABBA paralizaba el pop durante unos segundos. ¿Dos de los mayores iconos del pop reunidos en un mismo álbum de versiones? El resultado podía ser icónico y maravilloso, especialmente atendiendo a la aparición de la cantante en ‘Mamma Mia: Here We Go Again’, en la que, hacia el final de la película, acaparaba todos los focos interpretando ‘Fernando’ junto a Andy García.

Con la resaca de la película, la expectativa de escuchar más clásicos de la banda sueca en la voz de Cher nos resultaba fascinante. ¿Qué canciones elegiría? ¿Cómo serían los arreglos? La cantante continuaba, además, poniéndonos los dientes largos, afirmando que estaba versionándolas de una forma «diferente» a la original, y que no estaba segura de si al público le gustaría.

Unas semanas después de las declaraciones, la decepción de ‘Dancing Queen’ nos abofetea la cara: se trata de un disco sin sorpresas y sin el mínimo encanto, bien cualitativo o en términos de mamarrachería pop, que eran los que, creíamos, manejaría la americana.

Antes de continuar con el análisis del álbum, veamos cuáles son sus tres claves:

 

Los clásicos demasiado seguros

El riesgo en el tracklist es mínimo, pero tampoco es de extrañar: Cher no conocía la discografía de ABBA fuera de las docena de enormes hits del grupo, y así lo hizo ver en varias entrevistas («¡nos pones canciones que no conocemos!» decía en una, cuando le pedían reconocer ‘Thank You For The Music’ (?!)), y eso ha pasado factura al resultado del álbum.

No hay sorpresas en el tracklist, porque son las previsibles selecciones de siempre (siendo lo más arriesgado ‘The Name Of The Game’). Lo más cómico es que, durante semanas, Cher ocultó la pista 8 bajo símbolos de interrogación, para después terminar desvelando que se trataba de ‘Fernando’. Ese es el nivel de obviedad que maneja el  álbum.

 

Los arreglos equivocados para canciones equivocadas

Tenía razón Cher con aquello de que quizás el público no entendería las versiones del disco: ¿Por qué ha transformado ‘The Winner Takes It All’ en un medio tiempo y ‘One Of Us’ en un baladón? ¿No hubiera funcionado mejor a la inversa? Casi todos los arreglos del trabajo resultan discutibles, bien porque parecen incluidos a última hora en el mismo, sobre la base de la canción original como tal, o bien porque están metidos con calzador en canciones a las que no les sientan bien.

El más claro ejemplo del desastre es ‘Chiquitita’: a lo largo de sus cinco minutos de duración, pasa por la fase flamenca, la fase Ace Of Base, y la fase folkie, sin terminar de encajar en ninguna de las tres en condiciones.

 

Ni chicha ni limoná

El mayor problema de ‘Dancing Queen’, sin embargo, es el no posicionarse como álbum kitsch o como álbum serio. Podría haberse entendido en ambos terrenos, pero Cher fluctúa entre un lado y el otro de forma constante: ‘Waterloo’ y ‘Gimme! Gimme! Gimme!’ son un subidón demodé que demuestra que Mark Taylor tenía ganas de reivindicar ‘Believe’ a 20 años de su creación, ‘Mamma Mia’ tiene algún puntazo aunque no explota como debiera, pero es que casi todo lo demás, se queda en tierra de nadie.

Del sopor de ‘SOS’ a lo confusamente aburrido de las tres últimas pistas, ‘Dancing Queen’ es un globo que no llega a llenarse nunca de gas pero insiste en querer echar a volar.

 

Y posiblemente ese sea el mayor problema de Cher: en su último trabajo de 2013, ‘Closer To The Truth’ también navegaba entre los dos perfiles, pero tenía asegurado el del mamarracherío con singles potentes como ‘Woman’s World’ o ‘Take It Like A Man’. Auténticos bangers con los que no te daba tiempo a valorar si el disco era o no realmente bueno. Era simplemente disfrutable.

Ahora, los espacios en blanco son excesivos, y la mente se evade constantemente a los 70 de ABBA, cuando ‘Dancing Queen’ o ‘The Name Of The Game’ sonaban bastante mejor que en el disco de Cher. Si nos apuráis, es incluso más comprensible aquel primer disco de A* Teens, ‘The ABBA Generation’, que trasladó los clásicos del grupo a una audiencia juvenil a golpe de europop y desenfreno coreográfico.

Lo de Cher no tiene objetivo, es simplemente una cantante metida en un karaoke en el que las pistas midi suenan, la mayor parte del tiempo, como una imitación bastante mala de las originales.

 

*Las canciones destacadas: ‘Waterloo’, ‘Gimme! Gimme! Gimme!’.

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