A todos se nos ha hecho bastante cuesta arriba esto del confinamiento, eso es verdad. Nos hemos tenido que buscar la vida, y o bien nos hemos dado a hacer pan y engordado 15 kilos, o bien tenemos la casa repleta de cuadritos de punto de cruz, o cestillos de macramé para poder guardar toda la fruta que nos hayan tirado los franceses en la frontera. Un exceso. Un puntito de locura ya hemos tenido. Un puntito tipo «ay, qué locuela», no tipo Kanye West, claro está. Si ese es el caso, hacéoslo mirar, por favor os lo pedimos.
Troye Sivan también ha sufrido con el confinamiento y lo ha hecho ver en el vídeo de su nuevo y apetitoso single, ‘Easy’, otra evidencia de su buen hacer con las melodías puramente pop. El pobre está un paso más allá de lo de los cestillos. Su punto es más de glup que de cruz. Más pum que pan. Resulta que en el clip le podemos ver aburridísimo en su casa dándose al agüita con misterio.
Pero no es que tenga misterio, es que el agua es la maldita Carmen Porter y Troye termina dando tumbos por la casa: se le cae encima un espejo, se le prende fuego la cabeza, se le ondulan las paredes y se cae a la piscina, de donde no sabemos si fue rescatado o se marcó un Britney_Spears_Everytime_Uncesored.mwv.
El caso es que Troye no da pie con bola en ‘Easy’, y su único momento centrado parece estar en el vídeo que puede verse en la televisión, en el que sale él maquillado de Katy Perry en ‘Smile’, pero sin nariz. Un poco David Bowie, un poco Concha Velasco gone Coachella. Pero el muchacho lo da todo con la canción: la goza, la canta, la baila y la buididipí.
Y su desenfreno resulta contagioso: vamos a tirarnos nosotros también a la piscina.
