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El Periódico publica una catastrófica entrevista a Alfred García: «He hecho estrategias de marketing en ‘OT'»

El Periódico publica una catastrófica entrevista a Alfred García: «He hecho estrategias de marketing en ‘OT'»

Nota: Alfred afirma que las declaraciones publicada por El Periódico no se corresponden a lo que él dijo realmente durante la entrevista, y que la entrevista ha sido manipulada.

Empecemos por lo más evidente: puede que la generación de ‘OT 2017’ no pensara ir a tener el éxito que han tenido, y la presencia en medios que están teniendo, por lo que es justificable que no se les enseñara -en exceso- a lidiar con medios de comunicación durante su estancia en la Academia, pero es posible que, de cara a la nueva edición, a punto de comenzar, este sea un punto al que dar mayor importancia.

Porque, desde que han salido de ‘OT’, las meteduras de pata de los concursantes han sido casi un continuo: desde las más cómicas, las filtraciones de Amaia de cada paso que se daba en la productora, hasta las más peligrosas, como el shade de Aitana a su propia canción, o esta entrevista de Alfred para El Periódico que hoy nos ocupa.

Nadie duda de que Alfred sea un buen músico, tenga talento o sea una persona inteligente, pero precisamente por eso, no debería tratar de evidenciarlo en cada respuesta que da a los periodistas, porque termina luciendo una pedantería impropia de una persona de 21 años empeñada en resultar cool.

Imaginad que una persona alta se pasara el día diciendo «con lo alto que soy», «como soy alto», «porque soy alto». Sería ridículo, porque todos somos capaces de verlo. Pues bien, cuando hay talento, y hay trabajo, ocurre lo mismo.

Y es que Alfred ha demostrado en esta tanda de preguntas manejarse mejor con el trombón que con el tú a tú:

Por favor, esta respuesta que ha traído de cabeza a gente como Vega, que solía utilizar palabras similares. No cuesta nada obviar la parte de «fue un instrumento», porque como hemos explicado antes, eso es evidente, y no es necesario recalcarlo, dando al programa ese tono de «poco guay» que le da. Porque en el fondo, todo suena un poco a «eh, no me preguntéis por ‘OT’, que soy artista».

Imaginad a una persona con sobrepeso diciendo «el nutricionista sólo fue un instrumento para mí». No hijo, el nutricionista fue el que te hizo perder peso, y ‘OT’ el que hizo a Alfred ganar la mínima relevancia. ¿Instrumento? Obvio, pero no imaginamos a Noemí Galera diciendo «Alfred fue un instrumento para subir la audiencia». Aunque por supuesto que lo fuera.

Esto es posiblemente lo más terrible de la entrevista, y no afecta a ‘OT’, sino al propio Alfred. «Todo el mundo venga, esto es de verdad o es de mentira». Inmediatamente invalida, imaginemos, sus crisis de ansiedad, su relación con Amaia, y por ende, todo lo que hayamos visto y escuchado de él en el concurso durante meses. Toda su persona queda reducida a un posible mentira. O una posible verdad. Y lo más terrible, todo él a un producto de marketing, un concepto del que tanto trata de escapar y en el que acaba cayendo por no saber medir las palabras.

Finalmente, vamos a quedarnos con este derroche de ridículo que son las siguientes respuestas:

No sabemos si Alfred García es o no una persona soberbia, porque ni nosotros, ni la mayor parte de su público lo conoce. Por eso, nuevamente, en lo que dice y hace tiene que tener el mismo control que el que dice tener de sus composiciones. «Estamos en ese nivel y no podemos bajarlo», dice cuando se compara, ojo, con Dylan o Cohen. Alguien que no ha lanzado un sólo tema hasta el momento, a excepción de dos composiciones, bastante corrientes, de puño y letra de otros músicos. Ojo, cuidado.

Dice que no hace entretenimiento. No hace entretenimiento alguien que se ha pasado 3 meses delante de las cámaras de un prime time, quien va a Eurovisión, y quien ahora, se dedica a dar entrevistas a diversos medios sin, insistimos, tener absolutamente nada musical en el mercado. No habla de música, porque no hay música alguna a la que aferrarse: habla de un programa de televisión, habla de marketing y entretenimiento.

Su discurso es propio de un artista que se confía de tener un público que no tiene: el lleno en el Arenal Soul ha nublado la vista de alguien que cree compartir el target de Nick Cave, cuando en realidad, tiene bastante más en común con Blas Cantó de lo que puede llegar a creer.

Lo suyo, por ahora, no es más que el destello de un fenómeno fan; su discurso, el de alguien con una carrera de 20 años. Hay algo terriblemente fallido, e incoherente, en el acercamiento a los medios de Alfred García. Una pena.

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